Durante estas dos últimas semanas he podido leer en las
redes sociales, en repetidas ocasiones, que este año que finaliza ha sido
fabuloso… Sí, ya sé que se trata de una estratagema publicitaria para viralizar
los mensajes en clave positiva, lo cual no me parece nada mal, al mismo tiempo
que me recuerda que es un buen momento para reflexionar lo que ha dado este año
de sí. Entonces aprovecharé para hacerlo desde el punto de vista de nuestro
sector, el de los Centros Veterinarios para animales de compañía.
Me he permitido hacer uso de la licencia que me otorga la efemérides
de los Santos Inocentes, y postear algo
absurdo al respecto, tan absurdo que no podía pasar como creíble de ninguna de
las formas, pero que al mismo tiempo invite a la reflexión de lo que tenemos a
finales de 2014.
Esto es lo que publiqué el pasado día 28:
“Bueno
señores, se ha acabado ya... No hay nada que hacer, los hechos son
irrefutables. Hay que bajar los precios todo lo que podamos, de nada sirve ser
buenos comunicadores y tener empatía con los clientes. A ellos sólo les
interesa pagar lo menos que puedan, no están interesados en absoluto en el
servicio. Y si vienen a la clínica para que les demos las vacunas para que se
las pongan ellos en casa, se las daremos sin rechistar. Cuando nos pidan
presupuesto por teléfono para una castración o esterilización, hay que
preguntarles cuál es el más bajo que le han dado hasta ahora, entonces el
nuestro será un 20 % más bajo. Tras muchos años en esto, he llegado a la
conclusión de que la gestión no sirve para nada en nuestro sector. Lo dejo”
En primer lugar, que un año sea fabuloso, mediocre o malo,
creo que no depende de lo bien o mal que me haya podido resultar, hay muchos
más factores en juego, y el contexto actual – en este preciso momento – aún no
invita al optimismo. Sí que es cierto que ya hay indicadores macroeconómicos
que han mejorado, pero de manera discreta aún, y lo que es más importante,
¿cuál será el lag hasta que se
perciba en el consumo en nuestro sector? Bueno, desgraciadamente estamos
bastante detrás en la cadena de consumo, por ello nosotros tardamos en notar
los efectos de la crisis un año más tarde que otros sectores, y del mismo modo
esta mejoría en el consumo entrará por las puertas de nuestros centros algunos
meses más tarde, pero va a llegar, y tenemos que estar preparados. Quienes
mejor preparados estén, lo van a notar antes.
Como colectivo seguimos teniendo un grave problema de
comunicación con la sociedad. Si algo muy bueno ha tenido este 2014, ha sido la
creación de los cimientos sobre los que se deben sustentar las futuras acciones
corporativas que puedan tener efecto real sobre la sociedad en general. Me
refiero a la génesis del movimiento patronal, hasta ahora totalmente
inexistente en la veterinaria de pequeños animales. Y la verdad es que una vez
prendida la mecha, aparenta como un movimiento imparable. Ya se están
constituyendo los primeros equipos de trabajo, con verdaderas aspiraciones
normativas, que tanta falta hacen para regular nuestro maltrecho sector. Desde
estas líneas quiero agradecer a todos estos compañeros y compañeras que donan
sus esfuerzos y sus tiempos de manera
totalmente altruista, sin pedir nada a cambio, si no una mejora de la profesión
en general. Si sólo fuese por esto, sí que podría decir que este año ha sido
fabuloso, aunque la verdad es que quedan ingentes volúmenes de trabajo y de tareas
por realizar, además hay que sumar muchas más cabezas y manos a este grandísimo
proyecto.
He mencionado antes que aquellos que estén mejor preparados, más
pronto notarán la recuperación del consumo. Si habéis leído bien el absurdo
post que puse como inocentada, pone justo lo contrario de lo que hay que hacer.
Por tanto insisto en que la gestión de cada uno de los centros, bien sea un
consultorio, o un gran hospital, debe estar siempre presente. ¿Cómo vamos a
saber cuál es el precio justo de una esterilización si no se gestiona?,
¿sabemos si estamos utilizando de una forma racional los recursos con los que
contamos para producir nuestros servicios?... y así hay muchísimas preguntas
más que nos podemos hacer a nosotros mismos, con impacto directo en los
resultados de nuestras empresas, para cuyas respuestas siempre es necesaria la
gestión. Una parte muy importante de nuestros negocios que incidirá en la
recuperación del consumo será la capacidad de ofrecer al consumidor lo que cree
que quiere, y lo que está dispuesto a pagar, que para nada tendrá que ver con
lo que ocurría antes del comienzo de la crisis. Una vez más, la gestión ofrece
las herramientas necesarias para dar con las teclas justas que hay que tocar.
Como persona que trabaja con la gestión de Centros
Veterinarios, ofreciendo servicios de consultoría y formación empresarial a los
compañeros que sientan que los necesitan, he detectado a lo largo de 2014 una
gran caída en el ánimo de los propietarios de Centros Veterinarios, e incluso
cierto escepticismo creciente sobre lo que la gestión les puede proporcionar.
Personalmente lo entiendo; desde el inicio de la crisis, un servidor junto con
un excelente grupo de consultores y formadores, hemos estado insistiendo en las
bonanzas de la gestión, pero los números no llegan, es verdad que por factores externos
que están fuera de nuestro control, pero no llegan, por lo que cunde el
desánimo. La prueba es que este año he sido invitado a algunos proyectos
colectivos de formación en gestión para Centros Veterinarios, algunos de ellos
realmente interesantes, y algunos de ellos han tenido que ser cancelados por
falta de interés y demanda. Sin entrar en detalles sobre si las empresas
organizadoras lo han publicitado mejor o peor, creo que esto no hubiese
ocurrido en 2008 por ejemplo. Hay que levantar la moral, y por supuesto,
conmigo podéis seguir contando lo que haga falta, mientras sea para relanzar
nuestro, una vez más, maltrecho sector, en el que queda tanto por hacer…
Espero que, esta vez sí, ¡2015 sea un año fabuloso de verdad!
No hay comentarios:
Publicar un comentario